¿El aceite de coco es un beneficio o es un veneno para nuestro organismo?
Parece ser que el aceite de coco no es tan maravilloso como se pensaba.
En los últimos años, el aceite de coco se ha promocionado como el superalimento que lo cura todo.
Grandes empresas de “bienestar” y numerosas celebridades, lo han presentado como el remedio infalible para combatir la obesidad, mejorar la inteligencia e incluso para prevenir el Alzheimer.
Pero todas las afirmaciones en torno a los beneficios para la salud del aceite de coco son recibidas con mucho escepticismo por la comunidad científica, que lo considera una grasa no saludable.
Una gran cantidad de expertos y organizaciones de salud han advertido que el consumo del aceite de coco no es más saludable que otros tipos de grasas, incluso diversas organizaciones mundiales, lo consideran como un alimento nocivo para la salud.
Las investigaciones llevadas a cabo por la Doctora Karin Michels, epidemióloga de la escuela de salud pública TH Chan de Harvard, consideran que este alimento presenta un gran riesgo para la salud.
Según K. Michels, “el aceite de coco es uno de los peores alimentos que se puede comer”.
Michels, convierte al aceite de coco en uno de los principales culpables de los altos niveles de colesterol LDL (es decir, el “malo”), de la obesidad, bloqueo de arterias y un elevado riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
Durante la conferencia de K.Michels, “Aceite de coco y otros errores nutricionales” en la Universidad de Freigburg, la profesora desmintió las virtudes que la industria de los alimentos ha propagado acerca del aceite de coco, y de la gran variedad de “súper alimentos” que se han popularizado entre la población.
Se ha presentado este aceite como el mejor sustituto de ciertas grasas consideradas nocivas para la salud, como la mantequilla o la manteca de cerdo.
Sin embargo, el aceite de coco presenta en su composición un 86% de grasas saturadas, una cantidad mucho mayor que aquellas a las que pretende sustituir: la mantequilla tiene un 51% de grasas saturadas y la manteca de cerdo solo contiene un 39% de las mismas.
Por tanto, Michels considera que tanto la manteca de cerdo como la mantequilla, son más saludables que el aceite de coco.
En la misma línea, diferentes organizaciones de salud desaconsejan el consumo de aceite de coco, debido a sus altos niveles de grasas saturadas, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. La Organización Mundial de la Salud, El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido y el Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos.
Estas organizaciones han realizado estudios que afirman que los beneficios de dicho aceite solo son especulaciones y que no existen pruebas o investigaciones de calidad que lo comprueben.
Subrayan que la industria del aceite de coco, debido a su popularidad, representa, solo en Estados Unidos, una industria que mueve al año 229 millones de dólares.
¿Quizá esto sea uno de los principales motivos para que se presente como la panacea de la alimentación?
¿CUAL ES LA COMPOSICIÓN DEL ACEITE DE COCO?
El aceite de coco es una sustancia grasa que contiene cerca del 90 % de ácidos saturados. Estos se extraen mediante prensado de la pulpa o la carne de los cocos.
Son sus altos niveles de grasa saturada los que tienen el potencial de aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular.
El aceite de coco contiene una gran proporción de ácido láurico, una grasa saturada que eleva los niveles de colesterol en la sangre aumentando tanto la cantidad de lipoproteína de alta densidad (HDL) colesterol y la baja densidad de lipoproteínas (LDL).
Aumenta los niveles tanto de “colesterol bueno” como de “colesterol malo”.
Y aunque esto puede crear un perfil más favorable total de colesterol en la sangre, esto no excluye la posibilidad de que el consumo persistente de aceite de coco puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular a través de otros mecanismos, en particular a través del notable aumento sobre el colesterol en la sangre por el ácido láurico.
Aún así, este ingrediente continúa siendo uno de los más populares en las cocinas de una gran cantidad de personas. El consumir este alimento puede llegar a ser un enorme riesgo. Si te gusta usarlo, úsalo de manera ocasional y procura disminuir la presencia de grasas saturadas de tu dieta.
ACEITE DE COCO PARA LA CARA
Si bien el consumo de aceite de coco no es aconsejable de manera habitual, sí tiene unas propiedades que pueden ser aprovechadas para otros usos.
Su vitamina E previene el envejecimiento de la piel. Aplicado sobre la cara antes de dormir y dejándolo actuar toda la noche, hidrata y protege la piel, proporcionando una mayor luminosidad.
Puede usarse como loción corporal en pieles secas para nutrir e hidratar